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Jimena

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guirnalda Los rayos del sol se colaban entre las ramas de los arboles danzando sobre el rostro de la pequeña, era como si miles de luces chispearan en su cabello, la guirnalda de flores tejida por ella misma con ayuda de su madre y su vestido blanco, le hacían lucir angelical.

Fue asi como Jenny la observaba correr hacia ella, a punto estaba de abrazarla, de ver como de un salto se lanzaba a sus brazos, apunto estaba de sentir sus pequeños brazos colgando de su cuello, de mirarse en los ojos más dulces, de sentir su cabello haciéndole cosquillas en su rostro, de sentir el amor más puro y autentico que pueda existir, casi pudo escuchar que le gritaba ¡Mama! Llena de emoción.

Sin embargo… Jimena solo se anunció, llenó el corazón de Jenny desde su interior haciéndola soñar con su rostro de niña y con el nombre que llevaría.

“Estaba tan segura, de que te tendría en mis brazos y te anhelaba tanto, que es difícil entender que no será así, algunas veces me atormenta la idea de que hice algo que quizá te ahuyento, quizá mi alimentación, el stress, el ejercicio ¿Qué hice? Y la respuesta es nada, las cosas a veces pasan así, comprendo que no era el tiempo, pues tu hermosa angelita mereces todo y  la vida, Dios es sabio y sabe en que momento justo vivirás; preparo aun tu mundo, me preparo yo misma siendo mejor cada día para cuando decidas volver, para cuando nuestro tiempo preciosa niña llegue para las dos”

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No te dejaré

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El sol del atardecer la abrazaba con delicadeza, esta vez no quemaba, el viento le enjugaba una que otra lagrima, el cielo con apenas unas cuantas nubes y el canto cercano de los pájaros, creaban un ambiente relajado, comenzaba a sentirse consolada, podría en cambio ese día llover imparablemente, evitando que saliera de casa, atormentando más su corazón, pero en cambio la preciosa tarde le invitaba a trabajar en su jardín, podría también llorar desconsoladamente vaciar su alma tirada en un sillón, sin embargo algo dentro de ella le decía que estaría bien, contra toda lógica y porque la naturaleza de ella es ser sensible, quizá demasiado

Era cierto su corazón  estaba hecho polvo ahora, golpe tras golpe, le habían dado un tiro final, sin miramientos,  sin consideraciones, como a un maleante, un delincuente y no lo era, su error era confiar, amar en demasía y a veces a ciegas.

arreglando el jardínPero todo estaría bien, al menos para ella, del resto el tiempo se encargaría de poner todo en su lugar, el perdón aunque nunca le fuera pedido llegaría, su corazón lo soltaría, volvería aligerarse y seguiría adelante.

EL había estado al pendiente de ella, observó como asomó su cabeza por la ventana, como cerró sus ojos y quiso escapar, fue entonces cuando la invito a salir al jardín, le susurro que la tarde era maravillosa, al toque a penas de su mano sobre su hombro ella comenzó a sentirse mejor.

“Todo estará bien, tu estarás bien, te lo prometo, estaré contigo YO no te dejaré… solo descansa en mi”

-Si estaré bien- creyó como si escuchará con su corazón aquel  susurro y se sonrió mientras con regadera en mano refrescaba sus flores aquí y allá

EL  envolviéndola en sus alas, levantó un vientecillo que le enjugó sus lágrimas, y pidió a las aves cantar…

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Jardín de flores

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Después de encontrarme con  Cristy Corwell la crítica de literatura más respetada pero también más temida  y agradecerle sus comentarios respecto a mi primera publicación aunque estos no fueron del todo favorables, me dispuse a partir; llegue al Hall del hotel y observe un cuadro muy conmovedor dos mujeres aparentemente madre e hija, se abrazaban con lágrimas en los ojos evidentemente se trataba de una reconciliación.

He pedido un taxi al encargado de la recepción.

-¿Por que no pasa la noche aquí? Es tarde y parece viene una tormenta-

-¿Tormenta? pero si el cielo esta…-

En ese momento las luces relampagueantes, se divisaban por los ventanales anunciando efectivamente una tormenta.

-Tal ves tenga razón-

Mientras esperaba me asignaran una habitación, tome asiento cerca de una pintoresca fuentecilla, observe como se alejaban la madre abrazada de su hija seguidas por dos chicas más.

Una frase me ha dado vuelta en la cabeza todo el día «No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de si el día» (Prov. 27:1) La vida y la muerte en continua batalla aparecen a la vuelta de la esquina ¿Pensamientos de alguien dramatico ó pesimista? Prefiero pensar que es más bien de alguien que afuerza de aprenderlo y vivirlo en los últimos días, lo ha asimilado como una realidad.  Una música de fondo suave se escucha enmarcando el  murmullo del agua en la fuentecilla; saque libreta y boligrafo, sin duda ideas, sentimientos y emociones estaban a la entrada, era tiempo de dejarlas fluir.

«Todas las mañanas recorro un hermoso jardín, flores multicolores conviven ahi, cada una es singular, cada una lleva un nombre, cada una para mi es un regalo ejemplar. Un día una de ellas palideció sin más, me espanté, me acerqué para con ella estar, esperé y esperé su color volver a ver, en un segundo regresó, para después fallecer.

¿Por qué una flor siendo flor , pierde su color, para no volverse a ver? preguntaban sin cesar, no supe que contestar; lloran y lloran todas las flores, y con ellas quiero llorar, pero hay muchas flores que abrazar y que consolar.

Ni yo mismo lo entiendo, simplemente sucedió y aun no lo puedo explicar, ¿Qué respondo a las flores que no paran de llorar?¿Acaso entenderán que en el cielo una flor necesitaba estar?

Como un ungüento, que calma mi sentir, me queda la certeza, que esa flor fue feliz, y que en las mañanas sin sol la hice reír.

Extraño mi flor no puedo mentir.

Al pie de un árbol una envoltura azul, llamaba mi atención con una hermosa luz, un angelito de pronto apareció, flotando, bailando y girando me hizo sonreír – Llora ahora y después vuelve a sonreír, muchas flores te esperan y te necesitan feliz-…»

-Su habitación esta lista-

Anunció el encargado de la recepción, sacándome de mis reflexiones.

                                     En memoria de Rubencito y Georgina