Archivo de la categoría: amistad

Francisco

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Te fuiste en una tarde sin avisar, deslizándote suavemente y de puntillas hacia la noche, como la lluvia inesperada que pasa de madrugada sin notar, desperté y ya no estabas la dura realidad me abofeteo, tu voz y tu risa, quise escuchar, diciendo que no era verdad, que solo era otra broma tuya, pero aunque el dolor ha sido difícil de superar hoy se con certeza que ya no estas.

Me haces falta y te lloro aun amigo me hace falta tu ironía y esa forma tan tuya de ver la vida, restándole siempre seriedad. Hoy llueve y en la lluvia me devolverás un reproche por llorarte y en el viento helado tu petición exigente de no estar triste. Al pasar la lluvia cuando salga al fin el sol, volveré a decirte que te quiero, y que aunque jamás te diré adiós, sí guardare un hasta pronto, mientras tanto te llevare siempre en mi corazón.florylluvia

 

 

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¡Brilla!

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luciernaga

-Solo quiero morir, déjame- Volvió a repetir la luciérnaga a la polilla en medio de la oscuridad de esa noche fría.
Luciérnaga llevaba varias noches así, tirada sobre el suelo, escondida bajo una hoja del durazno que se deshojaba poco a poco por el otoño, a veces parecía ya, lo que conscientemente quería y le repetía a Polilla. Inmóvil, sin importarle nada, de vez en vez sus ojos se inundaban en una corriente imparable de lágrimas ¿Pero qué? ¿Acaso las luciérnagas lloran? Al menos esta sí lo hacía y vaya que le constaba a la Polilla que así era.
-No sé exactamente qué pasó, te veías tan feliz revoloteando junto a Lechuza- comentaba Polilla a Luciérnaga la que, al escuchar Lechuza volvía a llorar sin decir palabra alguna.
– ¡Mmmmm!… me parece que la herida resulto ser mortal- Dijo Polilla después de inspeccionar a su amiga y cerciorarse de que estaba físicamente ilesa, con sus alas perfectamente intactas
-El daño puede ser irreparable en ti, si así lo quieres y decides que sea, lo que por lo visto no sabes y mucho menos Lechuza, es que el daño se extiende mucho más de lo que hizo aquí- menciono Polilla señalando el pecho de Luciérnaga.
-Los que están alrededor de ti les afecta, aun los que ni siquiera te conocen les afecta- Continuo Polilla
-Si ya lo sé, quien quiere a una luciérnaga deprimida cerca- dijo con una sonrisa torcida
-Por eso te escondes, te concentras en lo que eres a partir y después de Lechuza, pero ¿Recuerdas quien eras antes?-
Luciérnaga intento recordar, pero el dolor no la dejaba ver, era como un muro gigantesco que cercaba en su mente todo, pero Polilla no lo olvidaba, recordaba a su amiga entusiasmada por hacer cosas locas por los demás para hacerlos sentir bien, aun a los extraños, en sus ojos había una chispa que avisaba cuando una idea nueva trabajaba en su mente, nada la detenía, y aunque a veces era criticada y señalada, Luciérnaga se sacudía el polvo y seguía revoloteando por ahí, regalando sonrisas, y de todo esto le hablaba Polilla a Luciérnaga la cual escuchaba con incredulidad y asombro como si hablaran de otra criatura.
luciernaga 2-¿Recuerdas cuando seguías a ese pobre granjero recorriendo ese camino oscuro hasta su casa?-
– Si, que tonta, pensaba que mi pequeña e insignificante luz podría alumbrar un poco su camino-
– Tu y yo no podemos saber si era suficiente esa luz, o si al menos el notaba que estabas junto a él, pero ¿Recuerdas cómo te sentías entonces? ¿Recuerdas esa sensación dentro de ti cuando volabas?-
De pronto Luciérnaga se vio embestida por los recuerdos, el sentimiento de quien era antes la invadió, sus ojos pararon de llorar, entonces de pronto era como si estuviera nuevamente ahí, volando con decisión junto al granjero, haciendo oídos sordos a las demás luciérnagas que se burlaban por su intento de alumbrar el camino del viejo, un reconocido y renovado calorcillo envolvió su corazón, disipando poco a poco el dolor.
-No dejes de ser quien eras, reconoce nuevamente tu propósito ¡Brilla! No te canses de hacer el bien, no niegues, ni escondas tu luz ¡Brilla!-

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Basta ya (I parte)

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A Gabo se le podría calcular a simple vista unos 9 o 10 años, sus ojos grandes con largas pestañas y unos rizos que se le formaban en su melena, le daban un aire de cierta ternura. Ceci enfermera del colegio, comenzó a hablar con el niño, se podía apreciar un corte sobre una de sus mejillas.
-¿Cómo te llamas?-
-Gabo -respondió entre sollozos.
– Cuéntame ¿Cómo te paso?-
De pronto la voz de Gabo se ahogó en un fuerte llanto al recordar lo sucedido, Ceci que había escuchado el llanto infantil otras veces por tantas razones, en esa ocasión le pareció diferente, algo le conmovía a tal grado que su corazón parecía magullarse, su experiencia le decía no era provocado por dolor físico, sino por indignación.
-Esos chicos me golpearon- Al fin logró pronunciar
-¿Así que peleaste?-
-No… ellos siempre son los que me molestan ¡Siempre!-
Por un momento, Ceci no supo que decir, había pesar en las palabras del chico y un recuerdo de pronto se avivo en su mente.
– Pero entonces ya te habían molestado antes ¿Y se lo dijiste a tus maestros a tus padres?-
– Si, pero ellos me volvían a molestar aún más… ¿Por qué? ¿Por qué?…- se preguntaba una y otra vez, mientras las lágrimas escurrían por el surco de su mejilla, que Ceci con gasa en mano intentaba mantener seca.
-¿Por qué no me quieren? ¿Por qué nunca quieren jugar conmigo? Porque yo siempre quiero jugar con ellos y no me dejan…Nadie me quiere, nadie me quiere… No me quieren, porque no soy bueno como ellos, yo no soy importante, no soy nadie, no valgo nada-
bullY a las últimas tres palabras le dolió fueran incrustadas en la mente de un niño, aquel estaba profundamente herido, su corazón no volvería a ser igual a partir de ahí, recordó entonces su propia experiencia, cuando la vida un buen día se volvió gris, cuando los chicas del colegio la acorralaron en el patio y la agredieron, después de meses de aguantar, burlas, y humillaciones, su madre termino cambiándolo de escuela, aunque la sensación de no ser lo suficientemente importante para ser querida y aceptada por los demás la arrastro por mucho tiempo.
-Escucha Gabo, a veces las personas tienen problemas en casa ¿Y sabes una cosa? Eso nada tiene que ver contigo, debes levantar la voz y decir ya basta, porque tú eres digno de amor y de respeto, porque eres valioso, porque eres, único e inigualable, y siempre habrá gente a tu alrededor dispuesta a apoyarte, no estás solo.
El llanto había cesado, y como si frente a ella estuviera aquella niña que fue acorralada en el patio trasero de la escuela Ceci abrazo a Gabo consolando a ambos.

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Bella

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Inicie hace algunos años esta preciosa aventura de escribir en un blog, a través de el he conocido tantas personas, las cuales se han convertido en parte de mi vida, y aunque no los veo ni los escucho están ahí, en esta ventanita a la cual asomo de vez en vez, para echarle un vistazo a su vida y si ellos lo permiten a su corazón.
Una de esas preciosas personitas es Bella, como algunas veces la llamó, quizá por que pega ese nombre con quien es ella.
Chari una persona que he ido conociendo poco a poco, a la cual admiro por su valentía, por su alma guerrera y por su espíritu de amistad, ella a la que va repartiendo cariño aquí y allá pese a todo, pese al dolor, dedicó este post.
Bella te quiero, gracias por tus detalles, por contarme entre tus amigos, anhelo que Dios siempre te acompañe en todo momento y en todo lugar.flor
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Blogs y amigos

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Del blog de Flori, que siempre encuentra una bella forma de decir las cosas, debo mencionar que me gustan mucho sus entradas, pero especialmente esta por sentirme muy identificada.

La Sinfonía de la Vida...

Mis amigos blogger son reales, solo que no puedo verlos cara a cara.

Pero puedo leer sus pensamientos.

Esos pensamientos que a sus amigos cercanos a veces no les interesa mucho.

Es gracioso pero cuando te lee un amigo a quien ves todos los días, o un familiar, o le dices que te lea, no presta mucha atención a lo que escribes, eso me sucede. Los amigos cercanos simplemente te quieren y te aprecian sin importar lo que digas. Esto es muy gracioso, es hermoso y puede ser una bendición. Pero como todo tiene sus limitaciones cuando quieres compartir una «idea» y sobre todo si no la comprenden. Es algo con lo que hay que aprender a vivir. Me refiero por supuesto a los buenos amigos. Y quizá algún amigo hasta crea que estas un poco loco por escribir «cosas» y  dejarlas flotando en la nube…

Pero a los amigos…

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