Te fuiste en una tarde sin avisar, deslizándote suavemente y de puntillas hacia la noche, como la lluvia inesperada que pasa de madrugada sin notar, desperté y ya no estabas la dura realidad me abofeteo, tu voz y tu risa, quise escuchar, diciendo que no era verdad, que solo era otra broma tuya, pero aunque el dolor ha sido difícil de superar hoy se con certeza que ya no estas.
Me haces falta y te lloro aun amigo me hace falta tu ironía y esa forma tan tuya de ver la vida, restándole siempre seriedad. Hoy llueve y en la lluvia me devolverás un reproche por llorarte y en el viento helado tu petición exigente de no estar triste. Al pasar la lluvia cuando salga al fin el sol, volveré a decirte que te quiero, y que aunque jamás te diré adiós, sí guardare un hasta pronto, mientras tanto te llevare siempre en mi corazón.
Nunca se debe perder la esperanza, ….los verdaderos amigos tarde o temprano regresan a nuestro camino. Felicito tus letras y te dejo mi cordial saludo. Ingrid Zetterberg
Sin duda me encontrare con el delante de Dios.